Tuesday, January 29, 2008

Sobre el aspecto filosofico de los ojos magicos

Hace poco presencié una discusión al borde de golpes por una supuesta verdad y una supuesta mentira. Dicha diatriba –creo– debe plantearse de manera filosófica con la siguiente pregunta:

¿Los ojos mágicos en verdad muestran figuras tridimensionales?

Juárez (2006) señala que los ojos mágicos "son una especie de ilustración, realizada en computadora cuya imagen nace de cruzar los ojos (comunmente llamados bizcos)" (56) esta imagen es siempre tridimensional. Nacidos a principios de los noventa, estos ojos de hecho muestran figuras en tercera dimensión, pero hay una gran porción de humanidad que piensa y asegura lo contrario. Y seguirá haciéndolo pues de hecho si no hacen los bizcos jamás sabrán si es cierto o no.

El problema filosófico radica en que mi verdad (el que yo haya visto las figuras tridimensionales) es más bien personal, pues cómo hacerle creer al otro que se equivoca cuando dice que los ojos mágicos son una gran mentira.

Los resultados son más bien demócraticos en la actualidad. Los ojos mágicos sí existen.

Monday, January 28, 2008

En una red infinita

Marcos Acuña controlaba a la perfección su vida. Sabía donde estaba cada objeto en su casa y podía recorrerla incluso con los ojos cerrados. Su esposa Yesmin admiraba eso de él.

Un día cierto amigo de Marcos fue a visitarlo al negocio (Marcos tenía una tienda de abarrotes con una minicantina atrás) con el entusiasmo de quien va a caer muerto para las 5 am, y con la sospecha de una culpa posterior.

Tras veinte cervezas decidieron "ir a pasear"

En uno de los lugares por los que pasearon, Marcos platicaba intensamente con Dora, la mesera del lugar. Sonreían y ella veía como su comensal tomaba más y más cerveza.

Después Marcos la invitó a su casa y Dora aceptó. Su amigo le aconsejó que no lo hiciera.

Dos días más tarde, mientras el abarrotero lloraba desconsolado a los pies de la estatua de Manuel Ávila Camacho (lugar donde había besado por primera vez a Yesmin), un demonio llamado Asfódelo le ofreció volver el tiempo.

Y así fue.

Pero lo que Marcos no tenía contemplado (él no era ningún gran ciéntifico y no podía imaginar los resultados de su regreso en el tiempo) era que había perdido la memoria y actuó de la misma forma que la vez anterior y regresó de nuevo a cometer el mismo error por la eternidad.

Nadie lo echó de menos y el abarrotero nunca envejeció, pues permaneció encerrado a partir del momento en que su amigo llegó a la tienda al momento que aceptó volver el tiempo.

Monday, January 21, 2008

Bailar sobre un bote de basura

plac plac
tun tun pat k

chas plac chas plac

odio a esta mujer por su cabello desteñido