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La señora de Jones había estado esperando 2 largas horas en el mensajero electrónico a que un tal transmetalpower2000@hotmail.com la agregara. Se trataba de un joven muy apuesto que recién había conocido cuando compraba chocolates en Sanborns. Estaba por cerrar el programa cuando por fin vio que entraba a la lista de contactos.
Se ruborizó cuando le mandó una carita sonriente con las palabras: pensé que no me agregarías.
El joven tardó un poco en contestar (30 segundos que a Jones le parecieron minutos): disculpa, cómo estás? y a estas palabras agregó una carita con gafas.
Ella chateaba con una sonrisa en la cara y se imaginaba que el joven que le escribía también. Estuvieron una media hora platicando del trabajo, de los quehaceres de la vida, etc.
Y la señora Jones ya quería tocar temas más candentes. Así que se animó a lanzar la primera indirecta (más bien directa): un par de labios rojos.
El joven envió un corazón rojo y grande; ella una flor; él un arcoiris diminuto y ella una cara sonriente que mostraba los dientes.
Luego la señora Jones vio que el joven le enviaba una copa de martini. Ella envió un tarrito de cerveza.
Los pequeños iconos que sirven para hacer más rica la conversación se habían convertido en la conversación. La señora comenzó a inquietarse pues ahora se preguntaba si había entendido lo que el joven decía con dibujitos, pero le preocupaba cometer un error de indiscreción y arruinarlo todo. Ya para estas alturas su cuerpo estaba más dispuesto que nunca. Lo peor era que ella creía que el joven estaba en una situación similar, y no tenía aún pruebas suficientes de ello.
Luego el joven envió una parejita, y la señora tres flores en serie. El joven escribió: es hoy y ella dónde.
él: en el Sierra Madre
ella: a qué horas
él: a las 8pm
ella: ahí estaré
él: d k hablas?
ella: de qué hablas tú? + carita de asombro
él: k entendiste?
ella: qué nos veríamos ahí + corazonsito
él: ah, pensé k hablábamos de Laura, mi novia + carita sonrojada
ella: sí, jajaaj. lo sé, sólo estoy jugando. jajaja
La señora Jones, volvió a abrocharse la camisa que ya dejaba ver uno de sus pechos.
Se ruborizó cuando le mandó una carita sonriente con las palabras: pensé que no me agregarías.
El joven tardó un poco en contestar (30 segundos que a Jones le parecieron minutos): disculpa, cómo estás? y a estas palabras agregó una carita con gafas.
Ella chateaba con una sonrisa en la cara y se imaginaba que el joven que le escribía también. Estuvieron una media hora platicando del trabajo, de los quehaceres de la vida, etc.
Y la señora Jones ya quería tocar temas más candentes. Así que se animó a lanzar la primera indirecta (más bien directa): un par de labios rojos.
El joven envió un corazón rojo y grande; ella una flor; él un arcoiris diminuto y ella una cara sonriente que mostraba los dientes.
Luego la señora Jones vio que el joven le enviaba una copa de martini. Ella envió un tarrito de cerveza.
Los pequeños iconos que sirven para hacer más rica la conversación se habían convertido en la conversación. La señora comenzó a inquietarse pues ahora se preguntaba si había entendido lo que el joven decía con dibujitos, pero le preocupaba cometer un error de indiscreción y arruinarlo todo. Ya para estas alturas su cuerpo estaba más dispuesto que nunca. Lo peor era que ella creía que el joven estaba en una situación similar, y no tenía aún pruebas suficientes de ello.
Luego el joven envió una parejita, y la señora tres flores en serie. El joven escribió: es hoy y ella dónde.
él: en el Sierra Madre
ella: a qué horas
él: a las 8pm
ella: ahí estaré
él: d k hablas?
ella: de qué hablas tú? + carita de asombro
él: k entendiste?
ella: qué nos veríamos ahí + corazonsito
él: ah, pensé k hablábamos de Laura, mi novia + carita sonrojada
ella: sí, jajaaj. lo sé, sólo estoy jugando. jajaja
La señora Jones, volvió a abrocharse la camisa que ya dejaba ver uno de sus pechos.
posted by Aurelio Green at 2:53 PM
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