Thursday, November 17, 2005

Dioses

Cuenta Baudelaire que una mañana de 1851 París despertó.
Varios intelectuales se habían reunido a atestiguar el evento: "una revolución". Uno de los jóvenes que asistieron propuso un brindis al dios Pan.
—Qué tiene que ver el dios Pan— preguntó el poeta.
—Cómo que qué tiene que ver, él es la revolución.— respondió el joven intelectual.

El incrédulo Baudelaire pidió una explicación al respecto y otro jóven alzó la mano:

—Hoy Juno me ha lanzado una mirada favorable, una mirada que me ha penetrado el alma. Estaba yo triste y melancólico en medio de la multitud, mientras miraba el cortejo e imploraba con ojos amorosos a aquella hermosa divinidad, cuando una de sus miradas, benévola y profunda, vino a aliviarme y a darme valor.

Baudelaire se asustó porque pensó que se trataba de gente loca. Juno no era más que una actriz llamada Ernestine que trabajaba en el circo Hippodrome y que representaba a la diosa Juno cuando el joven pagano la vio confundido.

—Será Ernestine, pero el efecto moral ya se ha producido y considero esa mirada un gran presagio—ultimó el pagano.

Con esto se cerraba un ciclo en la época parisina (y en toda Europa) e iniciaba otro. Como quiera que fuera los dioses regresaron a habitar con nosotros de nuevo.


:He visto a Hefesto en el crucero de Plutarco con Azteca de Cd. Guadalupe. Él es esposo de la hija de la espuma del mar y él es espuma de cerveza. (Siempre pregunta si se sabe algo de Ares y Afrodita) Me ha visto y he comprendido que seguiremos adormecidos por su espuma.

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